La reducción en los precios de las cámaras termográficas han permitido que cualquier departamento de mantenimiento se beneficie ya de esta potente técnica predictiva.
La termografía por infrarrojos se ha ido extendiendo durante más de 20 años desde el campo de aplicación médico y militar a otras aplicaciones de mantenimiento industrial, especialmente en equipo y aparellaje eléctrico en alta y baja tensión (líneas, subestaciones, centros de control, etc.).
En la mayoría de los casos, la termografía sólo se aplica a la inspección de armarios eléctricos, a pesar de que existen otras muchas aplicaciones útiles para las funciones del mantenimiento predictivo tales como:
- Inspección de motores eléctricos para buscar calentamientos localizados por fallos en el estator.
- Calentamiento de cojinetes y rodamientos por mala lubricación o daños en la pistas de rodadura, en los elementos rodantes o en la jaula.
- Inspección de aislamientos en hornos, calderas, circuitos de vapor, etc.
- Comprobación de purgadores de vapor.
- Inspección de conductos con fluidos calientes o fríos para localizar obstrucciones.
- Localización de tuberías de agua incrustadas en paredes.
- Inspección de cierres mecánicos.
- Verificación de acoplamientos de ejes para identificar desalineaciones o daños en los acoplamientos.
- Inspeccion de poleas para identificar tensiones mayores que las adecuadas y desalineaciones de las poleas.
- Comprobación del sistema de refrigeración en motores eléctricos.
- Inspecciones de centros de transformación de alta tensión.
- Inspección de líneas de corriente para comprobar el equilibrio entre fases.
La medida de temperatura sin contacto es una técnica fundamental en mantenimiento eléctrico que ha experimentado grandes cambios en los equipos e instrumentación disponibles, y que está aún en continua evolución. Se caracteriza por su espectacularidad, facilidad de manejo y capacidad de detección de puntos calientes.